Los saharauis, un pueblo nunca olvidado
Lucía Mendoza Martínez
Category: Política-Opinión
Cuarenta años de silenciamiento de la voz saharaui, de sufrimiento, de negación al derecho de autodeterminación y opresión. Pero también han sido 40 años de canto, de creación, de aspiraciones…Más aún, 40 años en los que sobran evidencias para mostrar lo que el pueblo saharaui quiere, la realización como personas en su tierra, el Sahara.
Así clausuraba la Delegada para España del Frente Polisario, Jira Bulahi, las Jornadas de la República Árabe Saharaui Democrática, 40 años después. Estas Jornadas, organizadas por la Sociedad de Estudios Contemporáneos Kosmos–Polis, tuvieron lugar los días 24 y 25 de Febrero de 2016 en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la UCM.
Los asistentes a las mismas tuvimos el placer de contar con la participación de diferentes profesionales según la temática de las mesas formadas. Representantes del Frente Polisario, Jira Bulahi y Abdulah Arabi; el Embajador de Argelia en España, Mohamed Haneche; profesores de la UCM y otros centros universitarios, Manuel Ollé Sesé, Isaías Barreñada o el coronel Diego Camacho, entre muchos otros ponentes; representantes de partidos políticos, como Francisco Pérez de Izquierda Unida o Miguel Urbán de Podemos; periodistas, como Ana Camacho y representantes del mundo de la cooperación y voluntariado, representantes del CEAS-Sahara y del departamento de Cooperación al Desarrollo y Voluntariado de la UCM.
Los días en los que trascurrieron las Jornadas mostraron la pluralidad de enfoques sobre los que se ha abordado y se aborda la problemática del Sahara Occidental. Los actores implicados, los intereses geopolíticos y económicos, el no respeto al derecho internacional, la vulneración y violación de los derechos humanos, el desentendimiento de la Sociedad Internacional y los organismos garantes del respeto de los derechos humanos. Más aun, el problema ante el que nos encontramos, la negación del derecho de autodeterminación del pueblo saharaui y la ocupación ilegal del Sahara, se muestra con especial relevancia en España. España fue y es potencia administradora del Sahara, siendo el proceso de descolonización mal acabado, el detonante de la Marcha Verde del 1975 y los sucesivos años de conflicto entre el pueblo del Sahara y Marruecos. Pero la responsabilidad que nuestro país mantiene sobre el conflicto no se limita a la mala gestión de un proceso de descolonización inacabado, sino que nos encontramos ante una responsabilidad política y moral. La responsabilidad de un pueblo abandonado ante el ejército marroquí, del conocimiento de la intencionada violación de los derechos humanos del pueblo saharaui a base de torturas, encarcelamientos, asesinatos, violaciones, desapariciones o uso de bombas napalm. Y es precisamente esta responsabilidad la que debería primar en los intereses que España mantiene, intereses que radican de los pactos comerciales y pesqueros con Marruecos, así como la riqueza de fosfatos en el Sahara ocupado.
En este aspecto destacó la intervención del ponente Francisco Pérez, IU, cuyo discurso nos hizo reflexionar sobre la importancia de las cuestiones pendientes, planteando la incoherencia que supone vender al pueblo saharaui, y mantener una postura de desvinculación de los derechos y no de los intereses económicos. Para Francisco Pérez, la clave que subyace oculta tras la negación de la organización de un referéndum de autodeterminación son los intereses por los recursos naturales.
Los recursos naturales muestran una doble tendencia en el conflicto del Sahara ocupado. Por un lado, se conforman como la constante explotación de recursos al pueblo saharaui. Pero por otro, tal y como sintetizaba la periodista Ana Camacho, sirven como fuente de legitimación a la presencia del ejército marroquí en los territorios ocupados. Y es en este aspecto donde es importante llevar a cabo un análisis más profundo, ya que nos encontramos ante una comunidad internacional que no condena esta explotación ilegal y que lleva a cabo tratados comerciales con Marruecos en base a estos recursos expoliados. De esta forma, Marruecos se encuentra legitimado por grandes potencias, como es el caso de Estados Unidos, para continuar con el saqueo. En esta línea, el coronel Camacho propuso interesantes reflexiones, como es la de cooperación regional. Una nueva perspectiva de la política exterior que permita armonizar los intereses en el conjunto del Magreb a través del empoderamiento de los derechos humanos y no exclusivamente el interés económico y geopolítico. De tal forma, se deberá superar el modelo occidental y la situación neocolonial mantenida.
Por otro lado, es difícil hablar de la RASD y de la ocupación ilegal del Sahara sin hacer mención al Frente Polisario y a los campos de refugiados. La pretensión de este artículo no es, sin embargo, llevar a cabo un profundo análisis del Frente Polisario y de su trayectoria a lo largo de los años. Pero sí que pretende realizar una semblanza sobre la posición actual del Frente Polisario, destacando el papel de la mujer saharaui. El FP está hoy reconocido por 100 países, entre los cuales España no se encuentra, y la RASD por 84, manteniendo su acción diplomática en organizaciones como la ONU. Dentro del continente africano, tanto el Frente Polisario como la RASD son reconocidos y apoyados por la UA (Unión Africana), cuyo objetivo es lograr la integridad en el conjunto de África. La cuestión que se nos debe plantear es la siguiente: ¿es acaso la resistencia pacífica ejercida por el Frente Polisario efectiva en el contexto de la Sociedad Internacional en el que nos encontramos? Bajo el punto de vista de la efectividad en el marco internacional, nos encontramos ante un largo camino por recorrer, en tanto a las resoluciones de las Naciones Unidas no respetadas, como el no respeto al derecho internacional o la insolidaridad de numerosos países con respecto al Sahara. Sin embargo, también nos encontramos ante un pueblo capaz de construirse desde las ruinas, ante un pueblo solidario y orgulloso de sus raíces, ante un pueblo capaz de generar una nación sin Estado, ante un pueblo que quiere, y tiene el derecho, de volver a sus territorios ocupados. “Ni rostro, ni género, ni raza ni color. Adhesión al Frente Polisario.”
Y es precisamente la mujer la que protagoniza un papel fundamental en el contexto saharaui. Así lo expuso Jira Bulahi, cuando respondía ante la pregunta del papel de la mujer en el pueblo del Sahara. Las mujeres Saharauis han sufrido una larga y dolorosa lista de violaciones de sus derechos, siendo víctimas de la brutalidad y el sentimiento de exterminio del ejército marroquí. A día de hoy, la mujer saharaui es necesaria e imprescindible en el desarrollo de la cultura, la sociedad e incluso el Frente Polisario, aspecto notablemente destacable dentro de las culturas y sociedades musulmanas. De tal forma, el empoderamiento de la mujer saharaui y el profundo respeto hacia estas son hechos más que tangibles en los campos de refugiados. Y así lo mostró el director Álvaro Longoria, en la proyección del documental Hijos de las nubes, a través de los testimonios de mujeres saharauis en los campamentos de Tinduf, testimonios que evidencian la realidad que se vive en el Sahara Ocupado, y del esfuerzo y sacrifico que se han dado para llevar a cabo la reconstrucción de un pueblo oprimido y del que las mujeres son más protagonistas.
Para finalizar, es importante destacar un último aspecto sobre las jornadas de las #RASD40, el voluntariado y la cooperación. Los ponentes que conformaron esta interesante intervención en las jornadas nos ofrecieron una visión pura y comprometida de la cooperación y el voluntariado en los campamentos y en las zonas del Sahara ocupado. De tal forma, Pepe Taboada, presidente del CEAS-Sahara, expuso la necesidad de un cambio del enfoque de la política en España respecto al Sahara y la imposibilidad de una solución satisfactoria para el agredido y el agresor. 25 años de lucha pacífica y rechazo de su derecho a la pertenencia de las tierras ocupadas muestran la necesidad de presión política, militar y diplomática por parte de una España que es plenamente responsable.
Abdulah Arabi, Coordinador RASD-Polisario Madrid, mostró como la actitud de la Sociedad Internacional con Marruecos se encuentra en un punto de complicidad y como, por otro lado, los cooperantes fomentan la vía pacífica en los intentos de resolución del conflicto. Se busca la maximización del beneficio por encima del derecho internacional, de los derechos humanos y del derecho de autodeterminación y realización de un referéndum, una actitud que choca profundamente con la de las organizaciones y cooperantes y que evidencia la pasividad de la Sociedad Internacional.
La acción de cooperación y voluntariado es fundamental para el desarrollo de los campamentos saharauis, pero esta situación no se puede prolongar eternamente. No se puede sustituir la ayuda y asistencia humanitaria por la inacción de los gobiernos y organismos internacionales. 40 años son más que suficientes para hacer justicia, para llevar a cabo un referéndum y para otorgar el derecho legítimo de autodeterminación al pueblo Saharaui.
Siria antes de la guerra Daniel Calderón Aguado
Category: Relaciones internacionales Siria es un país situado en Asia Oriental con una superficie superior a 185.000km ² y que hace frontera con Turquía por el norte, Irak al este, Israel y Jordania al sur y Líbano al oeste. Actualmente y desde principios de 2011 Siria vive una guerra civil entre varios actores cuyo fin parece ser cada vez más difícil.
Antes de la Guerra Civil Siria el país contaba con una población total de 21.393.000 personas de las cuales 10.650.128 eran hombres y 10.420.789 mujeres, el país tenía una densidad de 116 personas por kilómetro². Según datos de 2014, el país contaba con 17.064.854, el descenso es evidentemente por la guerra civil en la que está sumergido el país.
Es en la población de este país donde se da la mayor complejidad social por ser tan heterogénea. La población siria es de mayoría árabe, en torno a un 90% de la población. Hay que recalcar que el hecho de ser árabe no implica ser musulmán, precisamente es en Siria donde mejor podemos apreciar la existencia de una sociedad con grupos de personas que son árabes ( por sus costumbres, lengua, forma de vida, identificación y sentimiento) y son cristianos, judíos, drusos o que profesan otra religión. El término árabe no implica ser musulmán. El porcentaje restante de población está dividido entre kurdos 9% de la población y el 1% restante es una mezcla de armenios, circasianos y turcomanos.
En cuanto a la religión, predominan las creencias musulmanas con cerca de un 90% de creyentes en esta fe. Dentro de esta creencia hay diversos grupos confesionales entre las cuales predominan los sunníes. Los sunníes son el grupo mayoritario del Islam y sus creencias se basan en la Sunna, así se denomina a la colección de hechos, actos y dichos atribuidos directamente al profeta Mahoma. Se estima que en Siria son el 73% de la población (aproximadamente quince millones del total de habitantes).
El segundo grupo más importante es el de los chiíes, son la segunda rama más importante del Islam con un 10-20% del total de la población creyente musulmana. Éstos son enemigos de los sunníes, no creen directamente en los hechos atribuidos por la Sunna sino que creen en el mensaje de la autoridad espiritual el Imán Alí. En la Siria de la preguerra llegaron a ser en torno a un 14% de la población musulmana (cerca de tres millones de personas).
Dentro de los chiíes nos encontramos grupos minoritarios como los drusos, alauitas o los ismaelíes. Los ismaelíes son un grupo chií que tan sólo reconoce a los siete primeros imanes chiíes; de esta confesión nacen los drusos en el siglo XI, época en la cual una corriente ismaelí minoritaria consideró al califa Fatimí Al-Hakim como un sucesor de Mahoma y un emisario de Dios en la Tierra, esto hizo que se apartaran del resto de ismaelíes.
Respecto a los alauitas, hay que destacar que son una rama chiíta y que son seguidores de los doce imanes de Ahlul Bait, a los cuales consideran descendientes directos del profeta Mahoma. Se suelen definir fuera del chiismo, es decir, como una religión independiente, aunque son muchos los elementos que tienen en común, por ejemplo ambos esperan la llegada de un Mesías.
Hay que hacer referencia a los alauitas en el terreno político ya que además para Siria es muy importante. Los alauitas son árabes musulmanes comprometidos con la causa islámica y defensores de ésta en los casos de Palestina, Líbano e Irak. Siempre han estado vinculados con el panarabismo y con el Partido Baath Árabe Socialista. En total, los alauitas son dos millones repartidos entre Turquía, Líbano y Siria, aunque la mayor parte está en Siria donde superan el millón y medio de creyentes.
En lo que respecta a Siria, los alauitas ocupan los estamentos privilegiados de la sociedad y altos cargos importantes del gobierno ya que el actual presidente sirio Bashar al-Asad es de origen alauita, es decir, los alauitas que representan a casi dos millones de la población siria (10%), tienen el control sobre la mayoría sunní y las otras minorías, con esto se pretende que la mayoría no se imponga sobre las minorías.
También hay importantes confesiones religiosas aunque son minoritarias, por ejemplo hay un 10% de la población (algo más de dos millones de la población siria) que profesa una religión relacionada con iglesias cristianas, entre las que destacan: greco-ortodoxa, católica y jacobita. De este 10% de población cristiana, se estima que dos millones, casi su totalidad, son árabes cristianos. Siria, es el cuarto país del mundo con mayor número de árabes cristianos, este hecho, confirma lo que se afirmó antes, el ser árabe no implica ser musulmán.
Para finalizar hay que destacar al grupo más minoritario de las religiones monoteístas del país árabe, son los judíos. La mayoría de judíos que vivían en Siria abandonaron este país en 1948 tras la creación del Estado de Israel, aunque a día de hoy permanecen en torno a 40.000 judíos perfectamente integrados en la sociedad siria.
Especial atención merecen los yazidíes, una secta de origen kurdo que tiene alrededor de un millón de seguidores en el mundo, la mayoría de ellos en el Kurdistán iraquí (Hay cerca de 500.000 yazidíes en este país). La especialidad de los yazidíes es que combinan elementos paganos, cristianos y musulmanes. En Siria se estima que son 30.000 personas.
 Fuente: Le Fígaro
Mapa original: M. Izady, Gulf/2000 Project Columbia University, 2006 Por si fuera poca la mezcla de creencias religiosas que hay en Siria, hay que sumarle que el país, antes de la guerra, contaba con dos millones de refugiados los cuales fueron aceptados por el gobierno Sirio. La procedencia de estos refugiados en su mayoría procede de Iraq tras la invasión de 2003 (se estima que hay un millón de iraquíes refugiados en Siria). No hay que olvidar que 400.000 palestinos viven en Siria refugiados a lo largo de la historia, desde 1948 cuando se creó el Estado de Israel y se intensificó el conflicto. El resto de refugiados procede de Líbano y Turquía en su mayoría.
En el ámbito internacional, la religión vuelve a jugar un papel importante. Según el país del mundo islámico que se trate, van a dar su apoyo a una parte de la población siria u otra. Los países con mayoría chií son: Iraq, Irán y Bahréin. Hay cerca de 150 millones de chiíes. Estos países apoyan al régimen de Al-Asad ya que al ser alauita está más relacionado con la rama chií que con la sunní.
Por el contrario, los países con mayoría sunní recelan del gobernante sirio y tan sólo apoyan a la población sunní de Siria, aunque ésta es mayoría. En el mundo, algunos de los países con mayoría sunní que más relación tienen con Siria son: Arabia Saudí, Líbano, Yemen, Afganistán, Pakistán, Qatar, Kuwait, Egipto, Libia. Son una mayoría aplastante ya que representan a 1.100 millones de personas, el 80-90% del Islam. En Siria se aprecia una pugna entre las potencias regionales, Irán, defiende a los chiíes del país y Arabia Saudí, país que defiende a los suníes sirios.
En el plano político nacional, Siria se define como una “República semipresidencialista” aunque tiene sus características ya que siempre ha gobernado la misma familia, los al-Asad, por lo que más bien es una república hereditaria. Siria tiene vigente la constitución de 1973, aunque ha sido varias veces reformada, la última reforma se dio en 2012 ya en plena guerra civil. En la Constitución, en cuanto a la Jefatura de Estado, se establece que el Presidente de la República es elegido por el pueblo directamente cada siete años, debe tener más de 40 años, ser de nacionalidad siria, de creencias islámicas, no haber cometido ningún delito y estar casado con una mujer también de nacionalidad siria.
En la relación con el Partido Baath (partido panarabista y con ideología próxima al socialismo) el presidente debe ser un miembro del partido. De acuerdo con la Constitución, este partido controla el Estado. Hay que apuntar que el Partido Baath se integró en el Frente Nacional Progresista en 1972, es el partido que dirige la familia al-Asad.
No hay una verdadera separación de poderes ya que el poder judicial recae sobre un órgano llamado la Corte Suprema Siria pero los componentes de este órgano son elegidos cada cuatro años por el poder ejecutivo, concretamente por el Presidente de la República Siria. Aunque teóricamente la Constitución establece su independencia es un sistema fácil de ser influenciado.
http://issuu.com/pravdaes/docs/constitucion_republica_arabe_siria
Actualmente y desde 2016 el presidente es Basahr al-Asad que heredó la presidencia de su padre, Hafez al-Asad (ocupó el cargo desde 1970-2000). El 10 de julio de 2000 hubo elecciones presidenciales donde se eligió al Presidente Bashar alÁsad en un referéndum donde los ciudadanos tenían las opciones de votar SI, que venció con un 99,7% de votos (8.689.871 votos), NO, el cual tuvo un 0,3% de votos traducido a 22.439 electores y en blanco/nulo con 219.623 votos. En 2007 y 2014, a consecuencia de que cada 7 años se celebran elecciones presidencialistas en Siria, Bashar al-Asad fue elegido de nuevo, en las elecciones de 2007 consiguió un 97,65%.
https://www.uam.es/otroscentros/TEIM/observatorio/Siria/noticias_electorales_Siria.htm
Las elecciones de 2014 fueron las primeras elecciones multipartidistas que se celebraron en el país, en ellas venció al-Asad con un 88,7% de votos y 10.319.723 votos, superando a los rivales Maher Hayar y Hassan Al Nuri.
http://www.telesurtv.net/news/Bashar-Al-Assad-gana-elecciones-presidenciales-en-Siria-con-887-de-los-votos-20140604-0044.html En Siria, las elecciones presidenciales son muy diferentes. Se propone un candidato que debe ser elegido por 2/3 de la Cámara y después, una vez elegido por el Parlamento, debe someterse ante los electores en referéndum, donde tiene que obtener la mitad más uno de los votos favorables para vencer. Aunque desde la reforma constitucional del 2012 (la cual fue aprobada el 26 de febrero de 2012 con un 89,42% de votos a favor) se permite que existan otras opciones, siendo así multipartidistas.
A principios de su mandato, hubo una apertura del régimen, a raíz de las protestas sociales que exigían un cambio. A finales del año 2000 apareció el Manifiesto de los 99 donde un grupo de intelectuales exigió al nuevo régimen la apertura democrática y una serie de reformas políticas para reconocer los derechos fundamentales como libertad de reunión, libertad de prensa y libertad de expresión.
http://elpais.com/diario/2005/10/20/internacional/1129759208_850215.html
Finalmente, el régimen hizo una apertura mínima, lo que provocó que la sociedad civil reincidiese en sus protestas. Un ejemplo muy claro se puede ver en la lucha del “Nelson Mandela sirio”, Riad al-Turk, secretario general del Partido Comunista Sirio desde su fundación en 1973, que fue liberado en los últimos coletazos del régimen sirio de al-Asad padre, en 1998, tras estar 17 años preso. En 2002, con 72 años de edad, fue condenado de nuevo a una pena de dos años y medio de prisión.
Como consecuencia de la no apertura del régimen, en 2005 la oposición intensificó sus protestas y dio luz a la Declaración de Damasco exigiendo fundamentalmente la plena igualdad de ciudadanos y la apertura democrática. En el país árabe las protestas fueron cada vez a más, hasta que la primavera árabe produjo fuertes enfrentamientos y se dio paso a la guerra civil siria en 2011.
En el campo del desarrollo hay que destacar que Siria es un país con una población joven, al igual que la mayoría de los países árabes. En la Siria de antes de la guerra, un 36% de la población era menor de 15 años y el 50% estaba por debajo de los 25 años.
Uno de los datos a tener en cuenta es el Índice de Desarrollo Humano, elaborado por las Naciones Unidas, donde Siria vivió un crecimiento entre los años previos a la guerra, concretamente en la etapa de 1990-2005, donde el país se posicionó entre los IDH Medios, concretamente en el 108 de un ránking de 177 países, donde estaba por debajo de países como Argelia pero por encima de Egipto y Marruecos. Este índice tiene en cuenta la esperanza de vida (era de 73 años en Siria, por aquel entonces), la alfabetización (el 80% de sirios estaban alfabetizados), la renta per cápita (4.500 dólares) y la tasa de crecimiento, la cual era de 1,4.
Enlazando el desarrollo con la economía, el país árabe tenía un PIB nominal de 64.7 mil millones de dólares en el año 2011 a modo de comparar, el PIB nominal de EEUU en 2011 fue de 15,52 billones de dólares. El país invertía más de un 5% del PIB en su ejército que contaba con 308.000 militares. Sus principales industrias eran el petróleo, textiles, bebidas, tabaco, fosfato, minería, cemento y montaje de automóviles y su sector más demandado el terciario, al cual se dedicaba un 55,7% de la población, seguido de la industria con un 27,4 % y de la agricultura con un 16,9%.
En el comercio, Siria exportaba principalmente petróleo, minerales, algodón, frutas, animales vivos, legumbres y trigo. Su principal socio era Iraq ya que era el destinatario en el 32% de ocasiones, seguido del Líbano (12,7%) y Alemania (9,2%) la Siria de la preguerra nos demuestra que era un país en vías de desarrollo y que vio su avance reducido por la invasión de Iraq ya que era su principal socio comercial.
El país en 2011 contaba con una tasa de paro de aproximadamente un 15%, y un 12% de la población estaba por debajo del umbral de la pobreza. La inflación no estaba descontrolada, llegaba al 1,5% y la deuda externa, la cual cada vez era mayor, estaba cifrada en 21.400 millones de dólares según datos de 2003. http://www.worldbank.org/
Se puede apreciar que la sociedad siria en el aspecto religioso es un rompecabezas ya que hay una abundante heterogeneidad que a su vez implica una mezcla de creencias y culturas muy dispares. Aunque hay que destacar que el país no ha tenido grandes conflictos y siempre ha primado el respeto y la tolerancia. La economía es la típica de un país que no consigue entrar en el desarrollo, pero que lleva algo de ventaja a los de su entorno. Debido a su historia, el país siempre ha vivido un aislacionismo internacional que se ha acrecentado con sus enemistades con Arabia Saudí, el Egipto de Mubarak y con la Libia de Gadafi, pero nunca han conseguido desestabilizar al régimen hasta el comienzo de la guerra civil en 2011. Siria, no es simplemente un error de modelo de Estado, es una serie de errores de toda la comunidad internacional, la cual no consigue dar una respuesta al puzle que es Oriente Próximo. BIBLIOGRAFÍA:
Noticias citadas en el artículo
Álvarez-Ossorio, Ignacio y Gutiérrez de Terán, Ignacio (2009): La república hereditaria siria: el fracaso de una transición.
Álvarez-Ossorio, Ignacio (2009): Siria contemporánea.
|