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Azul- Desarrollo Rojo- Clímax Amarillo- Desenlace
Género ______________________________________________ Subgénero ___________________________________________
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Señala con
*No olvides señalar si es una O. simple o compuesta y de qué tipo.
(Con morado las acotaciones, Rosa los diálogos, naranja los personajes, azul cielo actos, verde las escenas y amarillo los signos de puntuación)
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( ) Predicado ( ) Nexo ( ) Dadaísta ( ) Collage ( ) Indígena ( ) Textos Instruccionales ( ) Idioma ( ) Indigenismo ( ) Cubismo ( ) Las vanguardias Surgen en un contexto entre guerras
HAGAMOS UN TRATO Compañera usted sabe que puede contar conmigo no hasta dos ni hasta diez sino contar conmigo. Si alguna vez advierte que la miro a los ojos y una veta de amor reconoce en los míos no alerte sus fusiles ni piense qué delirio a pesar de la veta o tal vez porque existe usted puede contar conmigo. Si otras veces me encuentra huraño sin motivo no piense qué flojera igual puede contar conmigo. Pero hagamos un trato yo quisiera contar con usted es tan lindo saber que usted existe uno se siente vivo y cuando digo esto quiero decir contar aunque sea hasta dos aunque sea hasta cinco no para que acuda presurosa en mi auxilio sino para saber a ciencia cierta que usted sabe que puede contar conmigo. AUNQUE BIEN SÉ QUE NO ME EXTRAÑAS Aunque bien sé que no me extrañas, aunque tengo la razón, me acuerdo: el cáncer terminó; te ausentas por todo lo mal que supe amarte. Ya fui desventurado cuando estuviste aquí, y en el momento donde te vas, me desventuro. La sola ventaja de estar ciego es acaso no poder mirarte. Ya morir sin arrepentimiento es mi esperanza, y te lo digo porque al fin te conozco; que si he pedido muchas cosas, pude pagar con sobreprecio las pocas que me fueron dadas. Mientras más mal te portas, mucho más te voy queriendo, y porque espero menos, me injurio y te acrecientas. Así tuvo que ser: de tanto que te procuré, me aborreciste; tan sólo pesares te he dejado. Raspaduras de celos, dudas que no opacaron la certeza de cuanto en ti me desolaba. Tú, como si nada, te diviertes; pero entristécete: si todos sabrán que estoy quemado, ninguno sabrá que por tus llamas. Vete como de veras; pierde el número atroz de este teléfono, la dirección que no aprendiste, aquel corazón tan despistado. Igual sigue siendo todo; nadie hay como tú, por mi fortuna; pero a nadie como tú he llegado. En el agua escrito y en el viento quedó el amor perpetuo. Sombras. Y me quemo, y de mejor violencia —ay, mamá— te alumbro al apagarme. Ya te conozco, ya obligado soy a bien quererte y despreciarme. Pero no, porque me da vergüenza; pero sí, porque me estoy muriendo sin voluntad ni penitencia. Y por todo: porque no quisiste permanecer, porque me olvidas, porque me voy tristeando, gracias te doy. Y por andar de noche.
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De la oración subrayada escribe el predicado: ________________________________________________________
¡Esmérate, has tu mejor esfuerzo y el próximo ciclo escolar da todo de ti! Nota: Preséntate al examen con pluma de tinta negra y roja y colores. LEY DE JUSTICIA PARA ADOLESCENTES DEL ESTADO . ARTICULO UNICO.- Se expide la Ley de Justicia para adolescentes del Estado, para quedar como sigue: LEY DE JUSTICIA PARA ADOLESCENTES DEL ESTADO TITULO I Generalidades, principios, derechos y garantías. CAPITULO I Disposiciones Generales Artículo 1. 1.- Esta ley se aplica a todo adolescente a quien se le atribuya la realización de una conducta tipificada como delito en las leyes penales del Estado. 2.- Para los efectos de esta ley se entiende por niño, al menor de doce años de edad, y por adolescente, a toda persona mayor de doce y menor de dieciocho años de edad. 3.- Esta ley también se aplica a los individuos que, en el transcurso del proceso y aún durante la etapa de ejecución de la medida impuesta, cumplan dieciocho años. 4.- Igualmente, esta ley se aplica a los individuos que sean acusados después de haber cumplido dieciocho años por hechos presuntamente cometidos cuando eran adolescentes. Artículo 2. 1.- Todo adolescente a quien se atribuya la realización de una conducta tipificada como delito en las leyes penales del Estado, será sujeto al régimen especial previsto por esta ley. En ningún caso podrá ser juzgado como adulto, ni se le aplicarán las sanciones previstas por las leyes penales para los adultos. 2.- Los adolescentes responderán por sus conductas ilícitas en la medida de su responsabilidad, en forma diferenciada a los adultos. Ley de Justicia para Adolescentes del Estado Ultima reforma POE 156 27-12-2007 Decreto No. LIX-584 Fecha de expedición 11 de septiembre del 2006 Fecha de promulgación 11 de septiembre del 2006 Fecha de publicación Periódico Oficial Anexo al número 109 de fecha 12 de septiembre del 2006. Página 2 de 45 Departamento del Periódico Oficial del Estado. Artículo 3. 1.- Los niños a quienes se atribuya la comisión de una conducta tipificada como delito en las leyes penales del Estado, estarán exentos de responsabilidad y no serán sujetos de esta ley o sus procedimientos, ni tampoco de los ordenamientos aplicables para los adultos. 2.- En caso de que la autoridad que conozca de la conducta a que se refiere el párrafo anterior, advierta la amenaza o violación a algún derecho del niño, deberá remitir el caso al Sistema Estatal de Asistencia y Protección Social, el cual adoptará las medidas pertinentes bajo la supervisión de los padres, tutores o representantes, a fin de proveer su rehabilitación mediante la asistencia social. 3.- Toda medida que se adopte respecto de un niño es susceptible de revisión judicial mediante el recurso previsto por el artículo 191 de esta ley. Durante la revisión judicial se le garantizará, por lo menos, el derecho a ser oído y la asistencia de un licenciado o abogado en derecho. En ningún caso podrá adoptarse respecto de estos niños medida privativa de libertad. Artículo 4. Para la aplicación de esta ley, se distinguirán tres grupos etarios según la edad de los adolescentes: I.- Aquellos que tengan entre doce y menos de catorce años de edad; II.- Aquellos que tengan entre catorce y menos de dieciséis años de edad; y III.- Aquellos que tengan entre dieciséis y menos de dieciocho años de edad. Tipo de Texto: ____________________________________________ Texto 2 CONTINUIDAD DE LOS PARQUES Julio Cortázar Había empezado a leer la novela unos días antes. La abandonó por negocios urgentes, volvió a abrirla cuando regresaba en tren a la finca; se dejaba interesar lentamente por la trama, por el dibujo de los personajes. Esa tarde, después de escribir una carta a su apoderado y discutir con el mayordomo una cuestión de aparcerías, volvió al libro en la tranquilidad del estudio que miraba hacia el parque de los robles. Arrellanado en su sillón favorito, de espaldas a la puerta que lo hubiera molestado como una irritante posibilidad de intrusiones, dejó que su mano izquierda acariciara una y otra vez el terciopelo verde y se puso a leer los últimos capítulos. Su memoria retenía sin esfuerzo los nombres y las imágenes de los protagonistas; la ilusión novelesca lo ganó casi en seguida. Gozaba del placer casi perverso de irse desgajando línea a línea de lo que lo rodeaba, y sentir a la vez que su cabeza descansaba cómodamente en el terciopelo del alto respaldo, que los cigarrillos seguían al alcance de la mano, que más allá de los ventanales danzaba el aire del atardecer bajo los robles. Palabra a palabra, absorbido por la sórdida disyuntiva de los héroes, dejándose ir hacia las imágenes que se concertaban y adquirían color y movimiento, fue testigo del último encuentro en la cabaña del monte. Primero entraba la mujer, recelosa; ahora llegaba el amante, lastimada la cara por el chicotazo de una rama. Admirablemente restañaba ella la sangre con sus besos, pero él rechazaba las caricias, no había venido para repetir las ceremonias de una pasión secreta, protegida por un mundo de hojas secas y senderos furtivos. El puñal se entibiaba contra su pecho, y debajo latía la libertad agazapada. Un diálogo anhelante corría por las páginas como un arroyo de serpientes, y se sentía que todo estaba decidido desde siempre. Hasta esas caricias que enredaban el cuerpo del amante como queriendo retenerlo y disuadirlo, dibujaban abominablemente la figura de otro cuerpo que era necesario destruir. Nada había sido olvidado: coartadas, azares, posibles errores. A partir de esa hora cada instante tenía su empleo minuciosamente atribuido. El doble repaso despiadado se interrumpía apenas para que una mano acariciara una mejilla. Empezaba a anochecer. Sin mirarse ya, atados rígidamente a la tarea que los esperaba, se separaron en la puerta de la cabaña. Ella debía seguir por la senda que iba al norte. Desde la senda opuesta él se volvió un instante para verla correr con el pelo suelto. Corrió a su vez, parapetándose en los árboles y los setos, hasta distinguir en la bruma malva del crepúsculo la alameda que llevaba a la casa. Los perros no debían ladrar, y no ladraron. El mayordomo no estaría a esa hora, y no estaba. Subió los tres peldaños del porche y entró. Desde la sangre galopando en sus oídos le llegaban las palabras de la mujer: primero una sala azul, después una galería, una escalera alfombrada. En lo alto, dos puertas. Nadie en la primera habitación, nadie en la segunda. La puerta del salón, y entonces el puñal en la mano, la luz de los ventanales, el alto respaldo de un sillón de terciopelo verde, la cabeza del hombre en el sillón leyendo una novela Texto 3 Las Ballenas Ballena (mamífero), nombre genérico que reciben los mamíferos marinos que constituyen el orden de los Cetáceos. Se diferencian del resto de mamíferos en que pasan toda su vida, desde que nacen hasta que mueren, en el agua. El término cetáceo se utiliza para nombrar de forma general a las 78 especies que existen de ballenas, delfines y marsopas. La investigación científica ha demostrado que las ballenas descienden de un animal terrestre con cuatro extremidades, tal vez un ungulado primitivo (mamífero con pezuñas), que puede haber dado lugar a los ungulados modernos. Los primeros restos fósiles de ballena conocidos datan de hace 52 millones de años, pero muchos científicos estiman que el origen de estos animales se remonta aún más atrás, hace 60 millones de años. Hace poco se han descubierto esqueletos fósiles de cetáceos en Pakistán que datan del eoceno y que indican que las primeras ballenas ondulaban la columna vertebral para nadar y mover la parte final del cuerpo en sentido vertical, arriba y abajo, de modo similar a como lo hacen las nutrias modernas. La mayoría de las ballenas pequeñas, los delfines y las marsopas, pertenecen al suborden de ballenas con dientes u Odontocetos. Los cetáceos tienen los dientes todos iguales, tanto en el tamaño como en la forma, y se alimentan de peces, calamares, crustáceos y otros invertebrados; una especie, la orca, tiene una dieta más variada que incluye aves y mamíferos marinos. En general, a las especies mayores de 4 o 5 m de longitud se les llama ballenas, mientras que las especies más pequeñas forman el grupo de los delfines y las marsopas. Una ballena con dientes es el cachalote; el macho alcanza una longitud de 18,3 m y la hembra de 12,2 m. Fue una especie muy cazada en el pasado; sin embargo, otras especies, se utilizan más en las exhibiciones de zoológicos y acuarios. El resto de especies pertenecen al suborden de las ballenas con barbas o Misticetos. Este grupo está formado por diez especies todas han sido o son cazadas con fines comerciales y se caracterizan porque de la mandíbula superior cuelgan una serie de placas córneas llamadas barbas. El número de barbas oscila entre 160 y 360 en cada lado de la mandíbula y presentan en su borde interior un aspecto filamentoso. Las barbas se utilizan a modo de filtro para capturar el plancton o el krill que constituye la dieta de estos animales; cuando se alimentan, las ballenas abren la boca para que penetre la mayor cantidad de agua posible; después, la cierran y presionan con la lengua hacia arriba y contra la franja filamentosa de las barbas para expulsar el agua de la boca, de forma que el alimento quede atrapado en ellas. Es probable que el animal más grande que haya vivido alguna vez sea el rorcual o ballena azul, que puede medir hasta 30,5 m de largo y pesar más de 200 toneladas. Las ballenas con barbas suelen pasar el verano en las aguas polares, donde abunda el plancton y disponen de comida abundante, después migran hacia el sur, hacia las zonas templadas y tropicales, para pasar el invierno y reproducirse. Texto 4 Rosa de dos aromas (fragmento) Acto 1 (En sendas sillas, dos mujeres esperan. La primera lee, toma notas en un libretita o subraya en un libro. La otra no tiene nada que hacer. Se ve al espejo. Se retoca. Se ve las uñas, se sienta y se observa el peinado) GABRIELA.- Es que con el accidente que tuvo… MARLENE.- ¿Accidente? GABRIELA.- Maneja muy mal. Atropello a una muchachilla y parece que no fue grave, pero… aquí lo tienen. MARLENE.- Lo del mío sí fue grave. Lo acusan de una violación. GABRIELA.- ¡Violación! MARLENE.- ¿Y su carro, ya lo sacó del corralón? GABRIELA.- No tenemos coche. MARLENE.- ¿No atropelló su señor a una chamaca? GABRIELA.- ah, debe haber sido un coche prestado, no sé cómo fue. Ahora me contará. (Silencio. Fuman) ¿Y cómo les explicó usted a los niños? MARLENE.-El de él tiene año y medio, no hace falta. El grande, se va a poner feliz. No lo quiere, Celos, ya sabe usted. GABRIELA.- No ha sabido ganárselo. MARLENE.- Tony, no es muy de niños. Y como sale tanto… Da una clase en Toluca, media semana, y luego a Xalapa y da un mes de clases, o dos… No es muy de niños, no les tiene paciencia. ¿Y a los suyos, qué les dijo? GABRIELA.- La verdad, es lo mejor. Claro, lo mío es fácil: que tuvo su papá un accidente y lo metieron a la cárcel. Eso es lo que impresiona, se me hizo cuesta arriba contárselos, pero ¿Qué tal si luego sale en el periódico y se enteran en la escuela? MARLENE.-Lloraron mucho. GABRIELA.- Eh, pues… lo sintieron, claro. Bueno, la verdad, a los chicos se les hizo muy divertido. Como ven presos en la tela y… a esa edad… tienen tres, cinco y nueve. MARLENE.- ¿y todos son de él? GABRIELA.- El mayor no. Me divorcié MARLENE.- Usted sí. GABRIELA.- Yo sí (Un silencio) MARLENE.- ¿Y le dio pensión? GABRIELA.- Mmh, pensión… ¿Sabe cuánto? Trescientos pesos para el niño. Hasta se me olvida cobrarlos. Es abogado. Por poco me quita a mi hijo, pero se casó luego luego y así ya quede libre. MARLENE.- ¿Y si él no se casa, usted tampoco? GABRIELA.- No, porque me quitaba al hijo MARLENE.- Ve para qué sirve casarse. Ay, qué bueno que yo no. ¡Nunca! ¿Y el mayor sí quiere a su marido? GABRIELA.- (Pausa) Es… algo celoso. Quiere mucho a sus hermanos y… Sí, se lleva muy bien con Maco. Es que Maco también viaja mucho. Da unos cursos en Cuernavaca y… también en Xalapa. Ha de conocer a su marido. MARLENE.- Sí, ¿verdad? Con suerte hasta lo conozco. ¿Cómo se llama su esposo? GABRIELA.- Marco Antonio Lesur ¿y el de usted? (Silencio) MARLENE.- Marco Antonio Lesur… GABRIELA.- Eso es. ¿Y el de usted? MARLENE.- (Se levanta) El mío. Así se llama. Marco Antonio Lesur. (Gabriela tras unos segundos entiende. Lanza una exclamación.) GABRIELA.- Atropelló a una menor… ¡Aah! ¡Atropelló...a…una...Menor! (Quedan viéndose, de arriba abajo, se examinan con rayos X) GABRIELA.- Visítelo a gusto. Ya me voy. (Sale) Acto 2 (Libreros, escritorios y sillón. Gabriela escribe a máquina, traduciendo su mismo librote) (Entra Marlene, se ven en silencio) GABRIELA.- ¿Y usted qué viene a hacer aquí? MARLENE.- Tengo que hablar con usted GABRIELA.- No tengo nada que hablar con usted MARLENE.- ¿Me va a echar? GABRIELA.- Yo no echo a la gente de mi casa. (La otra se sienta.) Tampoco dije “siéntese”. ¿Sabe que? Sí la voy a echar. MARLENE.- Pues no me voy. Tengo que hablar con usted… ¿Sabe cuánto va a costarle salir? ¡Un millón de pesos! Y si no, como diez años. Diez años de cárcel. GABRIELA.- Sí. Y ya vi cuánta nobleza hay en su alma y cuánto sentimiento bello… ¡Largo de aquí! Acto 3 (Un salón de té no muy céntrico) GABRIELA.- Usted dijo algo de… vender unos aparatos de… fayuca, ¿no? MARLENE.- Sí de mi salón. GABRIELA.- Yo tengo una máquina de escribir eléctrica. Muy buena. Y… puedo sacar el anticipo de dos libros, tal vez tres, con dos editoriales. MARLENE.- ¿Cómo cuánto es eso? GABRIELA.- Pues trescientos cincuenta o un poco más MARLENE.- No alcanza. GABRIELA.-…Luego en barrio hacen tandas… MARLENE.- ¿Tandas? GABRIELA.- Tengo amigos pintores. Si me dieran un cuadrito, aunque fuera feo… Son conocidos, la firma vale. Rifar dos cuadros…Tal vez salieran… 100 boletos, a mil… Acto 7 MARLENE.- ¿Té le das el dinero a Molina? GABRIELA.- Se lo damos las dos. (Pausa) Que salga y haga lo que quiera. Acto 8 GABRIELA.- (Muy suavemente) Marlene… MARLENE.- ¿Qué? GABRIELA.- Vámonos al mar. MARLENE.- ¿Cómo? GABRIELA.- En avión, tomando cócteles durante el vuelo. Con la maleta llena de modelitos nuevos. Antes me pones divina en tu salón. Y trajecitos nuevos para los niños, ¡u zapatos! Que ya no tienen. MARLENE.- Pero esos nos va a costar… (Calla) GABRIELA.- Como trescientos veinticinco mil pesos… (Quedan viéndose, les empieza un ataque de risa creciente.) MARLENE.- (Escandalizada) ¡Ay, Gabriela! (Con risa nerviosa) ¿Pero qué estás pensando? GABRIELA.- Podemos ponerle un telegrama, no vaya a preocuparse. MARLENE.-“Moco-Tony querido, gracias por el paseo tan delicioso, firmado: nosotras” ¡Y todavía nos va a sobrar mucho dinero! (Ríen, y ríen y bailan) GABRIELA.- ¡Niños! ¡Ayúdennos a empacar! ¡Nos vamos a la playa! LAS DOS.- ¡De galanes, de galanes, de galanes! (Bailan y se ríen. Lentamente, oscuridad.) Fin |