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Prometí no quedarme callado frente a las acometidas de “El Pequeño”. La última fue una entrevista del zorro del mismo piñal, el ultraderechista y multimillonario Eduardo Montealegre, quien alegremente pide que el presidente Alan García me declare “non grato”. Simon y Cabanillas responsabilizan de la tragedia de Bagua a la Policía. Legisladores presentan moción de censura.
De esta manera los ministros, considerados por la opinión pública, según una reciente encuesta, culpables de la fracasada intervención en la Curva del Diablo y de las muertes, respondieron ante el pliego interpelatorio de una sola pregunta: ¿Quién fue el funcionario de más alto rango que ordenó la intervención policial en la Curva del Diablo? Cabanillas dijo que, en cumplimiento de sus funciones, el director general de la Policía Nacional, José Sánchez Farfán, dispuso la intervención para desbloquear la carretera Fernando Belaunde Terry. “El 4 de junio a las 20:00 horas, el director general de la Policía Nacional, José Sánchez Farfán, me comunicó que el viernes 5, a las 05:00 horas, se llevaría a cabo el desalojo, haciéndome llegar el informe escrito”, señaló. Simon evitó responder directamente la pregunta del pliego interpelatorio y con un lenguaje confuso, pretendió filosofar sobre la verdad y quiso endilgar a todos los peruanos la responsabilidad de lo que pasó en Bagua, por tener a la selva en el olvido, sin referirse a las masivas manifestaciones de solidaridad con los indígenas amazónicos en todo el país. El premier parecía haber olvidado su promesa de dejar el cargo luego de que el país se pacificara, pues no habló de renuncia, a pesar de que la mayoría de voceros parlamentarios le pidió su dimisión. Al final del debate, Simon criticó duramente a sus críticos acusándolos de entrampar el gobierno con malas artes. Los congresistas de oposición respondieron a los ataques exigiendo su renuncia. Dardos En el debate congresal los dardos volaron de un lado al otro. La bancada aprista insistió en su argumento de una conspiración dirigida al control del continente, liderada por Hugo Chávez, a quien señaló como el financista de los conflictos sociales. “Fue una radio (La Voz de Bagua) la causante de todas las muertes”, afirmó un furibundo legislador Luis Gonzales Posada. Los apristas le siguieron el paso a Cabanillas quien puso al país al borde de un nuevo conflicto diplomático, al afirmar, sin prueba alguna, que los supuestos extremistas que buscan derrocar al gobierno, reciben dinero de Venezuela, y acusar al gobierno boliviano de alentar la subversión. “Cuando eran congresistas, los apristas protestaban contra el gobierno de Toledo. Ahora que son ministros acusan de subversión a todo el que protesta”, apuntó el congresista Washington Zevallos. “Denuncian financiamiento externo, parece que ya olvidaron el dinero que recibió el APRA del Partido Comunista Chino”, agregó. El legislador de Unidad Nacional Javier Bedoya pidió la renuncia inmediata de Simon y de Cabanillas porque es la salida de la crisis. Con él coincidieron Isaac Serna (Unión por el Perú), Juan Carlos Eguren (Unidad Nacional). “Es imprescindible que haya una renuncia digna del premier y sus ministros”, dijo Isaac Mekler, del Partido Nacionalista. PORTÁTIL Al mismo estilo del gobierno que tanto defiende, Yehude Simon estrenó su propia ‘portátil’, pues unas doscientas personas acudieron a las afueras del Congreso para alentar al premier. Los manifestantes se identificaron como militantes del Partido Humanista y, aunque se esforzaron por llamar la atención, obtuvieron escasa atención de la prensa. El congresista Víctor Isla dijo que si el Parlamento quiere una reconciliación después de los hechos de Bagua, debe levantar la suspensión de 120 días sin sueldo aplicada a siete congresistas por exigir en el pleno la derogación de decretos legislativos cuando la mayoría sólo quería la suspensión de los decretos |